Un alimento sencillo, que está entre los más antiguos de la humanidad y al alcance de todos, el maÃz es la semilla más explotada del mundo. Está presente en muchos de los productos, comestibles o no, que utilizamos, y en múltiples preparaciones provee de vitaminas esenciales para la salud.
De una planta de hasta tres metros de altura, con hojas largas, planas y puntiagudas proviene el maÃz, grano amarillo de una mazorca también conocida como la planta del choclo, abatÃ, altoverde, borona, canguil, capiá, caucha, cuatequil, entre otros nombres.
Presente en el aceite, conservas, la margarina, la mostaza, la mayonesa, el ketchup, la fructosa de muchos postres, derivados del queso, salsas para aliñar ensaladas, los congelados y helados; es un grano que podrÃamos encontrar en cada una de nuestras comidas.
Pero además este omnipresente grano tiene las más diversas aplicaciones medicinales; en padecimientos de tipo renal como inflamación del riñón y cálculos; como diurético, para aumentar la presión sanguÃnea y hasta malestares del corazón.
Un alimento versátil
La antigüedad del maÃz data desde hace 7.000 años. Originario de la América tropical, por su poder nutritivo constituyó la base alimentaria de varios pueblos indÃgenas y hasta hoy se utiliza en distintos continentes para una variedad de alimentos, ya que de él derivan la harina y maicena.
Hay más de 3.500 usos diferentes para los productos que se extraen del maÃz, y cada dÃa se descubren nuevos usos. Varios de los cereales, panes, café y hasta mermelada están compuestos de maÃz, almidón de maÃz, almÃbar de maÃz, harina de maÃz y un edulcorante extraÃdo del maÃz.
Pero sus usos no se quedan en lo alimenticio. Muchos de los jabones y cosméticos incluyen derivados del maÃz en su formulación. La mayor parte de las pastas de dientes contienen hasta un 50% de sorbitol lÃquido, y el aceite de maÃz se utiliza en pinturas y barnices.
Propiedades medicinales
El grano de maÃz contiene glúcidos o hidratos de carbono (70-77%), proteÃnas (7¿%-10%) y grasas (3%-5%), además de minerales y oligoelementos (sobre todo, flúor). Su proteÃna es más completa de lo que se pensaba, aunque algo inferior a la del trigo y bastante menos completa que la de la soja.
Diuréticas: Las barbas o "cabellera" pueden resultar muy útiles cuando se requiera activar la secreción urinaria, como por ejemplo en los estados febriles, inflamaciones de la vejiga, enfermedades cardÃacas, albuminuria y gota. Además, la infusión de estos filamentos estilares es inocua, y puede consumirse cuantas veces se quiera, excepto en casos de inflamación de la próstata, en que no se recomienda.
Emoliente y protector de la mucosa intestinal: el maÃz y su harina, gracias a su total carencia de gluten, resultan de gran utilidad para quienes padecen celiaquÃa, y en general, para los niños que sufren mala absorción intestinal o diarreas crónicas.
Frenador del metabolismo: el maÃz ralentiza la actividad de la glándula tiroides, y por lo tanto frena el metabolismo. Se recomienda a los hipertiroideos y a los convalecientes, anémicos y desnutridos, como reconstituyente. Es útil en las dietas de engorde.
Reducción del colesterol: el aceite que se extrae del germen de maÃz es muy rico en ácidos grasos insaturados, por lo que conviene a quienes tienen exceso de colesterol en la sangre.
Afecciones circulatorias: edemas (retención de lÃquidos), piernas hinchadas (incluso en el embarazo), afecciones cardÃacas, hipertensión arterial, exceso de sal en la dieta.
Gota (exceso de ácido úrico), artritismo, edemas subpalpebrales (bolsas debajo de los ojos), y siempre que se quiera eliminar el exceso de toxinas acumuladas en la sangre, por ejemplo, después de haber pasado una gripe.
Precauciones
Hay que evitar la alimentación exclusiva o casi exclusiva con él, sobre todo tratándose de niños, porque provoca enfermedades de las llamadas "de carencia".
Su uso como diurético en presencia de hipertensión, cardiopatÃas o insuficiencia renal moderada o grave, sólo debe hacerse por prescripción y bajo control médico.